viernes, 7 de septiembre de 2007

PRESENTACIÓN DEL LIBRO ATAQUE A LA REPÚBLICA


Ante una numerosa concurrencia, que colmó las instalaciones del Club del Progreso, y entre la que se encontraban importantes personalidades como Félix Luna, Víctor Massuh, Manuel Solanet, Nora Guinzburg, Roberto Nicholson, Juan José Cresto, Emilio Guillermo Nani, y el Rabino Sergio Bergman - que habló en la comida posterior-, el Dr. Javier Vigo Leguizamón presentó su libro Ataque a la República. Lo acompañaron en el panel, el Lic. Arturo Larrabure – hijo del Cnel Argentino del Valle Larrabure, asesinado por el ERP en l975- y el periodista Bernardo Neustadt.
Arturo Larrabure dijo que “el dolor ante la pérdida de un ser querido es personal e intransferible, muchas veces ese duelo se mantiene toda nuestra vida, superarlo es nuestro estigma, hacer el bien después de haber recibido tanto mal nuestra consigna. Descubrí a través de Javier que mi dolor se transformaba en nuestro dolor, sin tener él un familiar directo, víctima de la violencia del 70, podía entenderme, sintiendo el horror en su alma, comprendiendo mi lucha interior, haciéndola carne; ese cuerpo inerte, esquelético, torturado, lacerado, golpeado, herido en su dignidad humana, visto en las imágenes de las fotos de la autopsia era como si fuera el cuerpo de su padre. Cuánto sufrimiento, cuánta impunidad, aún hoy golpea y divide a toda la sociedad argentina. Para extirpar definitivamente este mal, para sacarlo de raíz se deben entender y comprender las circunstancias que lo motivaron, aquí radica el esfuerzo de “Ataque a la República”.
La obra aborda un tema candente en los estrados judiciales: determinar si los asesinatos de la guerrilla son o no crímenes de lesa humanidad, reiterando los argumentos morales y jurídicos con que – como abogado de Larrabure- Vigo Leguizamón ha peticionado ante la justicia federal se encuadre en tal categoría al asesinato del militar.
Narra asimismo la lucha de hombres que, habiendo combatido entre sí, han descubierto que ninguna conciencia doliente se apacigua con una amnistía. Deben evitar que la tragedia vuelva a ocurrir, deben encarar un futuro de paz, de reconciliación, una reconciliación cada vez más lejana, a menos que la Iglesia Católica y el Poder Judicial asuman la responsabilidad que la República ha colocado sobre sus espaldas.
Al analizar el contenido de su novela, el autor señaló que con las hebras de la ficción diseñó los personajes; con las de la realidad los conflictos, entre los que cobra relevancia el que actualmente libran, en el resquebrajado tablero de la República, la memoria y la historia. La primera sólo acepta lo que le conviene; idealiza y sacralizar lo propio, abominando y demonizando lo ajeno. La historia, por el contrario, realiza un análisis y un discurso críticos, destacando los graves errores cometidos por políticos, intelectuales, militares y guerrilleros en la dolorosa década del 70.
La memoria – dijo Vigo Leguizamón- divide; la historia reúne.
Otro de los dilemas analizados es si la justicia es compatible con el perdón. Imprescriptible- piensa el autor, no es equivalente a imperdonable. Paul Ricoeur y Hanna Arendt, nos han enseñado que perdonar implica comprender que los culpables siguen siendo hombres como sus jueces. No se puede reducir a un ser humano a su crimen. No podemos destruir todo el resto de su humanidad, y esto es válido para todos los que – en aquellos años de plomo- olvidaron que la vida vale por sí misma, no según lo que se piensa.

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